Para empezar, la casa está genial. Todo en perfecto estado y muy acogedora. En la planta baja había 2 habitaciones, un baño y el balcón con vistas maravillosas. Había otra planta bajando unas escaleras con la cocina y una pequeña sala de estar todo abierto sin separación, y un pequeño patio con barbacoa. La casa realmente me encantó. Por otro lado la aldea, pequeña, y preciosa! La gente es muy amable. Cuando llegamos los dueños no estaban, pero nos atendió una vecina llamada Carmen que fue muy atenta con nosotros y muy agradable. Los alrededores también nos han gustado mucho, pues había muchas pequeñas aldeas cada una con su encanto, además del paisaje de la zona (recomiendo subir al Castillo de Tíscar y observar las increíbles vistas de todo el lugar). Y si quieres ir a un pueblo más grande, no muy lejos tienes Pozo Alcón, dónde comimos en un restaurante llamado Kilómetro 6 en el que el trato fue inmejorable. Nosotros somos veganos y allí la carta era básicamente de carne y pescado, pero nos prepararon unos espaguetis con salsa de tomate y verduras que estaban para chuparse los dedos! En fin, que a la casa y al lugar no les falta de nada! Repetiría sin dudarlo :)
Estuvo en Septiembre 2015, en pareja